"Cenamos en pareja con altas expectativas, las cuales no se cumplieron del todo. El servicio fue correcto y amigable, pero cuando nos trajeron el menú y lo encontramos bastante manchado en los bordes, en un lugar con un ticket medio-alto, se empieza a generar desconfianza. Pedimos todo para compartir. Las gyozas tienen buen sabor y buena carne, pero la carne picada es demasiado compacta, lo que no hace justicia a la calidad de la carne.
La oreja está bien, el plato se presenta de manera atractiva y el chile le da un toque picante, pero para mi gusto, y esto es personal, le falta un toque crujiente por fuera; la base en la que la sirven no complementa el plato. Los canelones de pollo, probablemente porque estuvieron demasiado tiempo antes de servírnoslos, llegaron fríos, con una masa demasiado compacta y casi sin sabor, y la textura crujiente ya estaba blanda y gomosa por el tiempo que había estado en contacto con la salsa, un absurdo.
La camarera, amablemente, nos preguntó si quería que nos sirviera otro plato cuando se dio cuenta de que prácticamente no habíamos comido nada de los canelones, y rechazamos la oferta, aunque la valoramos. También nos incomodó que nos ofrecieran el solomillo con una maduración de 30 días fuera del menú; lo pedimos y tras un rato nos dicen que no queda, y debemos pedir otro plato. Nuestra sorpresa fue cuando mesas que llegaron después continuaron ofreciéndolo y sirviéndolo. Imaginamos que servir un solomillo para compartir en una mesa de dos no les resulta rentable, por lo que lo reservan para mesas con más comensales que necesitan más de un solomillo por mesa.
Respecto al vino, se pide uno y ofrecen un tinto de Ribera o Rioja, pero, incluso si preguntas, como en nuestro caso, no te dicen si es de cosecha o crianza, ni su nombre, y te lo sirven cubriendo la etiqueta para que no se vea su procedencia.
Servicio: Comedor
Tipo de comida: Almuerzo
Precio por persona: €30–40
Comida: 2
Servicio: 3
Ambiente: 3"
