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Taperia Casa Julio Cudillero

Taperia Casa Julio Cudillero

Plaza La Marina 7, 33150, Cudillero, Spain

Sushi • Pizza • Mexicano • Asiático


"Bar Casa Julio, un pequeño restaurante informal en la plaza central, estaba lleno en una noche de lunes cuando muchos otros restaurantes están cerrados. Teníamos una reserva para las 9 p.m. Cuando llegamos, nuestra mesa estaba lista y todas las demás mesas estaban llenas. El comedor es un espacio pequeño al lado del bar con una gran foto del mar en la pared opuesta. También hay algunas mesas en el porche delantero. El menú ofrece algunas especialidades, incluyendo pescado del día, una lista de mariscos y algunos otros platos de pescado y carne, así como ensaladas, entrantes y tablas de queso o embutidos. El camarero recomendó inmediatamente el pescado del día, que resultó ser lubina. Pedimos la lubina y los calamares en salsa de tinta, uno de mis favoritos. El camarero me disuadió de pedir la ensalada mixta diciendo que el pescado venía con una ensalada grande, lo cual resultó no ser cierto, ya que solo venía con un par de rodajas de tomate sobre lechuga. El pescado a la parrilla estaba fresco y bien cocido y se sirvió simplemente con papas hervidas sin condimentar y una guarnición de ensalada. Los calamares tiernos estaban en una rica salsa de tinta y se sirvieron con patatas fritas blandas. He visto quejas en Tripadvisor de que se sorprendieron por el precio del pescado especial. No nos avisaron de antemano que el pescado costaba 26€, lo cual era alto en comparación con otros platos en el menú, pero para nosotros no era irrazonable. Si te preocupa, te recomendaría preguntar el precio antes de pedir el pescado del día. El servicio es un poco brusco y apresurado, pero por lo demás eficiente."

Pizzorante Mangiare'

Pizzorante Mangiare'

Calle De Puig Campana 3, 03509, Finestrat, Spain

Pizza • Cafés • Sushi • Europeo


"Es la primera vez que vamos a comer allí, la comida excelente, pero el camarero que tienen si soy el dueño es el último día que trabaja allí, al entrar nos han puesto de aperitivo frutos secos le he dicho que los retirase inmediatamente ya que mi hijo era alérgico grave. Nos toma la comanda el mismo camarero, y pido para mí hijo pechuga de pollo plancha plato más simple) y pregunto si solo llevaba patatas fritas a lo cual me lo confirma e informo que comunique a cocina de que mi hijo es anafiláctico , lógicamente no voy a decirle las mil alergias que tiene pq para eso pido ese plato y en la carta no figura ningún alérgeno cuando están obligados). Nuestra sorpresa es cuando viene el plato y lleva entre las patatas una rodaja de manzana . Llamo al camarero inmediatamente y le digo que pq lleva manzana que mi hijo también es alérgico, y de malas formas me dice que es pera y que está de decoración adjunto foto, la primera vez que veo un trozo de pera de decoración, UN TROZO OCULTO) y que además solo le había dicho que era alérgico a los frutos secos, por lo que le contesto que no iba a decirle la multitud de alergias que tiene, que para eso pido pechuga a la plancha y le había preguntado si solo llevaba patatas y además una rodaja de pera escondida entre las patatas me extrañaba que fuera decoración. El mal educado me dice que también lleva rúcula y que no puede adivinar todas sus alergias, y de malas formas me dice que qué hace con el plato , por no ponerme a su altura retiro toda la comida que estaba junto a la pera y prefiero no montar un espectáculo, ya que en primer lugar si pido algo específico me tendrían que informar que lleva fruta de decoración y en segundo lugar, en la carta no figuraba los alérgenos cuando es obligatorio que aparezcan. Menos mal que una empleada, que agradezco y felicito su profesionalidad, se acerca y nos pide disculpa por el comportamiento del camarero. La explico lo ocurrido y que un profesional de hostelería al tener un alérgico a alimentos tendrían que tomar las maximas precauciones, y si van a poner una decoración que no figura en la descripción del plato tendrían que haber preguntado antes, ya que estan jugando con la vida de mi hijo. Si ese trozo de pera, que el camarero ha dicho que era decoración y se encontraba escondido debajo de las patatas, yo no me doy cuenta y se lo come, mi hijo habría entrado en shock anafiláctico y ahora mismo estaría en estado muy grave. Quiero dejar claro que el restaurante un 10, la calidad un 10, la chica de gafitas un 10 es que no se su nombre), pero un restaurante por tener a un empleado ignorante mal educado y habiendo sido informado de un comensal alérgico que por un error o falta de interés, pongan otros alimentos no específicos en carta, y más cuando hay un alérgico que puede tener otras alergias actúe de esa forma, yo le habría echado en el mismo momento. Además a partir del grave incidente, nos ha dejado de atender, y cada vez que pasaba me cruzaba la mirada como perdonándome la vida. Es una pena que los alérgicos, pq yo también soy, cada vez que salimos de casa nos juguemos la vida. En mi caso al tomate no soy alérgica, pero al mismo camarero le he pedido claramente spaguetti a lle vongole sin pomodoro, y me llega el plato con tomates cherry"

Reart

Reart

Carrer De Castella, 9, 07800, Ibiza, Spain

Vino • Café • Helado • Europeo


"El steak-tartar que ARRUINÓ mi cena Y aún así le doy cinco estrellas… Pasábamos el fin de semana en Ibiza y, por casualidad, me topé con un artículo que nombraba a este restaurante. Fuimos a cenar la primera noche. El local no está mal, bien decorado, aunque la estructura recuerda un poco a los bares que se abrían en los ochenta. El personal que nos atendió aquella noche, un camarero alto y algo tímido, y una camarera profesional y agradable, bien. La carta, curiosa, divertida y con un poco de todo. He de decir que soy intolerante a la lactosa, por lo que hay cosas que no me atrevo a pedir, como son las frituras. Pedimos la lengua de ternera y una especie de wok con tirabeques y caldo reducido de cebolla para compartir; y de plato fuerte, unos calarmacitos y una sirvia. Los entrantes estaban riquísimos. Preparar la lengua como si fuera embutido con una vinagreta potente, todo un acierto. El wok podía mejorarse. Como las verduras no tenían el mismo tamaño, unas estaban duras y otras en su punto, pero el caldo de cebolla tostada hizo que esto pasará a un segundo plano. En cuanto al pescado, bien. El cocinero debió echarle dos veces sal a mi plato, pero como entiendo que son gustos personales, no dije nada. Pagamos y nos fuimos. Dos noches después y tras llamar sin éxito a las opciones que teníamos, reservamos de nuevo. ERROR. Salvo los dos trabajadores arriba mencionados, que siguieron haciendo gala de su profesionalidad, hubo otros que se vinieron “un poco arriba” ante nuestra repetición. Volvimos a pedir la lengua, unos mejillones en escabeche, una tortilla (de claras) con gamba cristal y dos platos de pescado (salmonetes parrilla sin guarnición y denton). Hasta aquí todo bien; quizá mis salmonetes un poco pasados de punto, pero como la espina estaba brillante, decidí volver a no decir nada por entender que se trataba de “mi gusto personal”. El problema viene cuando terminamos de comer y yo sigo teniendo hambre. Hablamos con la camarera que nos atendió y, tras unos minutos de agradable conversación, nos toma nota de un steak-tartar y una tarta de queso para mi chico. Ahí se va todo al garete. Mi chico me dice que el chef canta un par de veces la comanda, que los cocineros se acercan a verla, pero eso no estaba teniendo mucha importancia para mí (a pesar de que yo ya estaba roja como un tomate porque está muy mal visto que una mujer coma cuando tiene hambre) hasta que llega a traernos los platos la mujer que parece ocupar el puesto de maître (de pelo rubio y de origen vasco) y me dice: NUNCA ME HABÍAN PEDIDO UN STEAK-TARTAR DE POSTRE. ¿CUÁL ES TU NOMBRE? SI ALGÚN DÍA ESCRIBO UN LIBRO DE COCINA, TE NOMBRARÉ EN ÉL. A lo que yo le contesto: ME HE QUEDADO CON HAMBRE Y, COMO NO TENÉIS NINGÚN POSTRE SIN LACTOSA, HE PEDIDO ESTO. En ese momento deberíamos haber pedido la cuenta e irnos porque lo que esta persona provocó es que varias mesas del restaurante se nos quedaran mirando (las que estaban de espaldas se volvieron). Pero eso no fue todo porque todavía tenía que venir otra de sus trabajadoras (morena, de pelo largo) a hacer la bromita mientras levantaba los platos. Algo totalmente “adecuadísimo”, pues mi chico le pidió un café y ni se enteró. Yo no sé si esta señora escribirá algún día un libro de cocina. Posiblemente yo sí lo haga, ya que yo soy periodista y mi chico, cocinero. Y sin duda ninguna les nombraré como el restaurante al que los dueños prefieren que los comensales vayan a medio comer; como el único sitio en el que me han humillado y juzgado por pedir algo que voy a pagar. Podría excusarme con que el tipo de comida que pedimos llenaba más o menos, con que apenas habíamos comido al mediodía, pero ¿por qué? Si hubiéramos pedido una segunda botella de vino, ¿se habría armado tal revuelo? No tengo por qué pedir disculpas por pedir comida en un restaurante o ¿es que hubiera sido mejor que mi cuenta fuera de 60 € en vez de 160? Mis cinco estrellas son porque la comida está bastante bien, porque hay dos personas en la sala que lo merecen y porque levantar la media cuesta mucho trabajo."