"Reservamos mesa para 16 personas para celebrar un cumpleaños familiar y al llegar nos encontramos una sala con otro grupo de 20 personas (lo cual no es problema) sin aire acondicionado en pleno mes de julio. Habíamos avisado que llevábamos un bebe en carrito y no nos habían dejado sitio para dejarlo. La comida era lamentable, pedimos menú y la ensalada estaba hecha con una bolsa de lechuga de mala calidad y un pollo rebozado reseco, eso si, las bravas estaban buenas. Pero llegan los segundos y nos encontramos un bacalao con muselina de ajo que era un trozo de bacalao descongelado, rebozado y frito con una capa por encima indescriptible. Por no hablar de las famosas parrilladas , que estaban carbonizadas por fuera y crudas por dentro. Los postres los rechazamos ya que vimos que eran unas tarrinas de helado. Menos mal que llevábamos nuestro pastel. Para colmo, la mesa de al lado que estaba de fiesta y jolgorio, pegando gritos y sin ningún respeto por el resto de las personas del local, los camareros decidieron amenizarles la fiesta con música salsera a todo volumen, tal que muchos tuvimos que abandonar el local en varias ocasiones y no fueron capaces de bajar el volumen hasta que me queje a un camarero. Y si no había poco con todo esto, me pido una botella de agua y me traen una botella de cristal abierta con el logo del local y agua del grifo... En resumen, comida pésima, ambiente pésimo, trato del personal pésimo y una factura que nos pareció desmesurada para lo que habíamos comido. Desde luego no pienso volver ni a pasar por la puerta."
